“Una Vida que se tiene que luchar por ella, constantemente por la vida, no es vida".
Para apoyar la eutanasia es necesario realizar un análisis
profundo y reflexivo al respecto, sin dejarse influir por las concepciones
morales y religiosas que cada uno de nosotros posee, lo cual es sin duda
difícil pero consideramos que al existir un derecho a la vida y todo cuanto
ello implica, la dignidad y libertad de la persona humana, es también
imprescindible que exista un derecho a morir dignamente y esto se traduce en la
eutanasia positiva, que es una salida válida para un enfermo terminal que ya no
desea sufrir más, es una decisión íntima y personal, que solo corresponde tomar
a la persona en cuestión.
La vida es el valor esencial y debe ser protegida por el
estado con todos los medios posibles, pero no podemos dejar de lado la parte
humana del tema y ser honestos al señalar que la muerte debe ser lo menos
traumático y doloroso posible y esta alternativa ofrece la eutanasia, la cual
dicta de ser un crimen, sus motivos son de misericordia tanto para el que sufre
como para los que rodean. Una vida que no se puede vivir no es un privilegio,
es un castigo que hace del ser humano tan solo un caso clínico de interés. No
es justo el someter al hombre a dolorosas situaciones, cuando se tiene el poder
de evitarlo.
Hoy día, gracias a los avances de la medicina se consigue
alargar significativamente la vida de los pacientes pero no siempre se tiene en
cuenta la voluntad de estos, ocasionándoles con esa continuación una vida llena de
graves padecimientos.
Cada persona debe tener derecho a dirigir
su vida hasta el final y a decidir en cualquier momento lo que más le conviene.
No se puede admitir la existencia al libre desarrollo de la personalidad para
luego anularlo en un momento concreto de la vida del ser humano como en este
caso, al final de la misma. El paciente es el único que debería decidir sobre la
interrupción o prolongación de la vida en el caso de que se encuentre en
condiciones para hacerlo para ello debe de estar correctamente informado de su estado de salud y de las posibles
alternativas.
Esto es algo que forma parte de los derechos de la salud de
la persona ya que la decisión de la eutanasia es una decisión intima que
depende de la consideración de la vida que tenga cada persona. La complejidad de
la cuestión y la gran cantidad de intereses en colisión hacen que sea un tema aún con interrogantes, pero los
seres humanos deben ser dueños de sus actos y que cada uno de nosotros es capaz
de decidir qué hacer con su vida en cualquier momento. Si con 18 años se
considera a una persona lo suficientemente madura para manejar su vida y
aceptar la responsabilidad de sus actos. ¿Por qué no va a serlo después, cuando
ya adquirido madurez?
Imágen: Vía Google
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